Patrimonium Jerez

El Gallo Azul

El edificio situado en el número 2 de la calle Larga de Jerez de la Frontera, conocido tradicionalmente por el nombre del restaurante en él ubicado denominado "El Gallo Azul", es una singular construcción de carácter regionalista que hoy se identifica como uno de los elementos constructivos más representativos del casco urbano de Jerez de la Frontera. Se trata de una estructura semicircular cuya planta baja queda prácticamente abierta al espacio público con un pórtico de 8 columnas jónicas de mármol blanco, a la que suceden dos cuerpos de orden decreciente. El primero acoge dos plantas, cuyos balcones se disponen entre pilastras corintias, mientras que el segundo, de menor altura, contiene vanos formados por arcos de medio punto. El conjunto culmina en estructura semicircular flanqueada por jarras con azucenas de bronce, cuyo centro alberga un altorrelieve de un león lamiendo el líquido de una botella rota, uno de los logotipos de la antigua empresa vinatera, del mismo material, sobre un azulejo con la firma promotora.

El Monasterio de la Cartuja

Se halla en un espacio situado entre el río Guadalete y la carretera que conduce desde esta población a la de Medina Sidonia. Tras acceder al conjunto por la puerta principal, se ingresa en un patio de planta rectangular, el Atrio del Rosario, denominado así por encontrarse en su lado norte la Capilla del Rosario o de los Caminantes. Esta presenta un pórtico a modo de porche, con cinco arcos, el central escarzano y los laterales de medio punto sobre columnas de mármol y vano adintelado de cantería como acceso. A ambos lados de la puerta existen paneles de azulejos con la imagen de la Virgen de la Merced, patrona de Jerez. El pórtico se cubre exteriormente a un agua, apareciendo sobre el mismo, a la derecha una sencilla espadaña de ladrillo, con vano de medio punto, ménsula en la clave, frontón triangular y cruz y veleta como remate. Su interior ofrece planta rectangular con bóvedas vaídas como cubierta, divididas en tres tramos mediante arcos fajones en resalte. A ambos lados y conformando los distintos tramos aparecen pilastras cajeadas, poseyendo ventanas molduradas como iluminación. Se cubre al exterior mediante tejado a dos aguas. Adosada al lado del evangelio de esta capilla se ubica la Hospedería, compuesta por varias habitaciones de planta rectangular, las cuales están precedidas por un pequeño patio rectangular con pórtico de ingreso mediante dos arcos escarzanos sobre columna toscana de mármol que apoya sobre pedestal.

La Feria del Caballo

Declarada de Interés Turístico Internacional, la Feria del Caballo de Jerez de la Frontera constituye, junto con la Semana Santa, una de las mayores y más significativas celebraciones de la ciudad. Ya en el siglo XII consta la existencia de ella, cuando Alfonso X "el Sabio" otorga el privilegio de celebrar ésta en abril y otra en septiembre, teniendo ya el caballo un papel fundamental, pues, por herencia árabe, eran comunes las carreras y los juegos de toros y cañas, y, aunque a mediados del siglo XIX se convierte en feria de ganado, es en 1954 cuando se instituye la llamada Semana del Caballo por parte del alcalde Álvaro Domecq y Díez. Junto a los paseos de caballos y enganches diarios en El Real, guardando jinetes, enganches, cocheros y guarnicionerías lo estrictamente reglamentado, destaca hoy día el concurso de portadas de casetas, de enganches, el campeonato nacional de Acoso y Derribo, de Doma Vaquera, el concurso morfológico de ganado selecto caballar, espectáculos ecuestres diarios, taurinos como concurso de recortes, novilladas, corrida de rejones y de toros, etc. así como atracciones para el disfrute de los menores. Es por ello que goza actualmente de gran popularidad, siendo su atractivo patrimonial y turístico el que atrae año tras año a visitantes nacionales e internacionales.

La Zambomba

Uno de los bienes patrimoniales inmateriales que identifica la Navidad en Jerez de la Frontera son las "Zambombas" que se realizan en barrios, pedanías y núcleos de población rurales de su campiña antes de Nochebuena. Se trata de reuniones de familiares, amigos y/o vecinos en torno al calor de una hoguera para disfrutar de una velada de villancicos y coplas navideñas, el agasajo de pestiños y buñuelos, además de otros platos tradicionales, y vino local o anís. Las hay familiares, vecinales, institucionales, organizadas por hermandades y cofradías locales, peñas flamencas, bares, etc. Su popularidad es tal que ha traspasado su ámbito geográfico desde la campiña de Jerez hasta el Puerto de Santa María, Puerto Real, Cádiz, Sevilla e, incluso, Madrid, siendo utilizadas en algunos casos como reclamo comercial o promocional de atractivo patrimonial y turístico, de ahí que la participación de sus agentes, más o menos espontánea según el caso, contribuya a la transmisión oral y la continuidad generacional.